"Black Mirror" es una serie compuesta por episodios independientes en los que se exagera el papel que están adoptando las nuevas tecnologías en nuestras vidas, hasta el punto de afectarnos negativamente a la salud o a las relaciones personales. Concretamente, en este capítulo se refleja el daño que están causando las redes sociales, en especial las basadas en algoritmos relacionados con el número de likes o valoraciones positivas, sobre sus usuarios.
Lacie, la protagonista, vive en una sociedad en la que en la que todo gira entorno a la puntuación que cada persona posee en una red social. Cada vez que se cruzan con alguien por la calle, compran algo en una tienda o son atendidos en un restaurante se intercambian una valoración entre ellos de hasta 5 estrellas. De esta manera, se van creando las clases sociales y se te puede llegar a negar el acceso a ciertos lugares o actividades por el simple hecho de no alcanzar la puntuación mínima establecida.
El capítulo comienza con Lacie con una puntuación de sobre 4,2. Vive con su hermano y está buscando una casa nueva donde mudarse, pero la que le gusta no se la puede permitir, a menos que consiga el descuento de las personas influyentes de 4,5 o más. La única manera de elevar rápidamente su puntuación es recibir buenas puntuaciones de gente de clase alta, por lo que acudir a la boda de una vieja amiga de la infancia que había conseguido una puntuación altísima y dar allí un discurso se convierte en su única prioridad.
Lacie se obsesiona con recibir 5 estrellas de todo aquel que se ponga en su camino a la boda de su amiga, pero una serie de percances y contratiempos hacen que su puntuación vaya cayendo en picado a una velocidad de vértigo; y que, por ello, su amiga ya no la admita en la boda.
Aún así, ella está empeñada en ir y se presenta en el acto con una puntuación por debajo de 2, causando el inmediato rechazo por parte de todos los invitados, que la valoran muy negativamente mientras trata de dar su discurso sin que la arresten.
Aquí se muestra el gran problema de salud mental al que pueden llegar a ligarse las redes sociales. Lacie se obsesiona de tal manera por conseguir puntuaciones altas que se pasa el día entero intentando agradar a todo el mundo, fingiendo ser alguien que no es y mostrando una falsa felicidad en redes que no existe en realidad.
Cada vez son más los casos de adolescentes que sufren diariamente por esto, pues tienen unos modelos a seguir en las redes sociales que muestran vidas idílicas que a cualquiera le gustaría tener. Tienen miles o incluso millones de seguidores en todo el mundo a los que les gusta lo que hacen y el contenido que publican; lo que es muy peligroso, sobre todo en estas edades en las que comienza a desarrollarse la personalidad y la imagen propia, porque tienden a compararse con ellos y a crearse un esquema mental sobre la vida que se aleja bastante de lo que están empezando a afrontar.
Es ahí donde aparecen la frustración y la obsesión por obtener más seguidores y más likes, que impulsan a modificar los actos de una persona en función de lo que más agrade al público al que se expone. La personalidad se ve muy afectada y reprimida, ya que todo lo que hacen tiene como único fin encajar con ciertas personas que se consideran influyentes por unas simples cifras.
Como conclusión, lo que pretende este capítulo es hacer ver que una persona no es más o menos valiosa por las valoraciones que tenga en redes, ya que, al fin y al cabo, no dejan de ser opiniones y cada uno tenemos una distinta. Es importante destacar que no es posible gustarle a todo el mundo, y que no por ellos vamos a ser peores personas. La diversidad tiene que existir, y siguiendo los cánones lo único que conseguimos es movernos por un mundo de hipocresía, falsedad e interés que en el fondo no nos aporta nada, más que números. Lo realmente importante es el interior y los valores, no lo que publicamos en nuestro escaparate virtual.
Comentarios
Publicar un comentario